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Manifestando su voz: activista, transgénero e inmigrante

Traducido al ingles por Emilia Tamayo

“Tardamos una semana…En aquellos años lo que utilizaban para pasar a la gente era el drenaje, la parte de abajo, por los tubos”

Nueve años después de comenzar su transición de género, Cristina Morales tomó la decisión de emigrar a los Estados Unidos desde Celaya, Guanajuato, México. El año era 1997 y ahí comenzó su carrera como activista y como inspiración para mujeres transgénero indocumentadas.

A pesar de haber encontrado en México una comunidad que le apoyaba con su transición, Morales tuvo que emprender su migración de un momento a otro, después de una amenaza y un asalto violento cerca a su casa. En ese momento crítico, Morales cuenta, “Sin pensarlo más, me vine a los Estados Unidos. El cruzar no fue fácil y después de una semana de intentos, por fin crucé”.

En una etapa final de su migración, Morales y su grupo tuvieron que descender a los Estados Unidos por un camino subterráneo, es decir, por los tubos del drenaje entre Nogales, Sonora y el sur de Tucson, Arizona. Fue un camino oscuro donde enfrentaron obstáculos y personajes malintencionados. 

Morales recuerda un enfrentamiento con los traficantes–también llamados coyotes–cuando su grupo fue separado entre hombres y mujeres. Ella explica que a esas alturas de su transición, ella pertenecía al grupo de las mujeres. La intención de los coyotes con este grupo era realizar una supuesta inspección. 

Morales explica, “Obviamente no era revisar. Te ponen en otro plan con otras intenciones. Y empezaron a tocar a una de las chicas, pero en realidad uno no puede hacer nada. Y nos dijeron que nos quitaramos la ropa”. Este tipo de violación es traumática para cualquier mujer, pero el riesgo para una mujer transgénero suele ser más alto debido a los sentimientos homofóbicos de los agresores. 

En ese momento, Morales cuenta que lograron evitar la invasión a su privacidad por una distracción que ocurrió más abajo en el drenaje. “Fue la suerte ese día”, afirma Morales.

“Comenzó mi aventura con el grupo Entre Nosotras. Yo había puesto la meta que en todos los condados las chicas encontrarían una clínica donde poder comenzar su transición, y así continuar con su vida normal sin ponerse en riesgo.”

Cristina Morales entró a los Estados Unidos con el propósito de lograr cambios positivos para su comunidad LGTBQ. Esa misión comenzó con un proyecto de fotoperiodismo, con la universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, para mujeres inmigrantes trans. A través de este proyecto, se organizó un foro de recursos médicos y legales para las mujeres trans.

A raíz de este proyecto, Morales consiguió su empleo en El Centro Hispano de Raleigh, Carolina del Norte, como una de las primeras directoras del grupo para mujeres trans llamado Entre Nosotras. Su participación en este grupo resultó fundamental en la organización de recursos y representación para las mujeres integrantes del grupo.

“Buscamos el abogado y la terapia, porque cada una trae una historia diferente con problemas diferentes desde su país… Hay más conocimiento, y aunque con la nueva administración hay muchos en contra, también hay mucha gente que es aliada de nuestra comunidad LGBTQ”

Hoy Entre Nosotras continúa en el Centro Hispano de Raleigh. Cristina Morales sigue trabajando en proyectos nuevos con el Centro Hispano, siempre buscando la oportunidad de crecer y tener nuevas experiencias.

Este artículo forma parte de la serie “Breaking the Border,” Rompiendo La Frontera, que explora temas de migración documentada e indocumentada por Editora de Traducciones Emilia Tamayo. Lea otros artículos de la serie aquí.