Original article by Isabella Ivy
Smith College ha anunciado recientemente la construcción de un nuevo edificio para el Centro Lazarus de Desarrollo Profesional y el Centro Wurtele de Liderazgo, que se construirá en una loma con vistas a Paradise Pond. En respuesta a este anuncio, muchos estudiantes han recurrido a las redes sociales para discutir la validez del proyecto. Se han levantado argumentos que sugieren que los fondos para este nuevo edificio podrían utilizarse más eficazmente para resolver problemas internos de la universidad, como ascensores averiados y sueldos insuficientes de los profesores. Mientras hay multitud de razones para cuestionar la necesidad y eficiencia del nuevo centro de Lazurus, me gustaría presentar una crítica adicional desde el punto de vista de la conservación.
En pocas palabras, la construcción es ruidosa. Los humanos podemos estar acostumbrados a los sonidos de taladros eléctricos, martillazos, y maquinaria pesada, pero las criaturas del bosque que llaman hogar a Northampton sufren consecuencias mucho más duras. Mucha gente no considera ni reconoce la contaminación acústica como una fuerza poderosa que causa estragos en la vida silvestre, su bienestar mental y las funciones de los ecosistemas. Cómo ha reportado la Universidad Anglia Ruskin, las investigaciones demuestran que cuando se está sometido a una contaminación acústica excesiva los animales salvajes sufren multitud de problemas como “estrés crónico, problemas de fertilidad” y cambios en sus “rutas migratorias en respuesta al ruido”. También es importante mencionar que la contaminación acústica no solo afecta negativamente a la vida silvestre sino a los animales confinados, incluyendo las mascotas que se alojan con las estudiantes de Smith. Incluso las vibraciones de la construcción, inaudibles para los humanos, pueden dañar a la vida silvestre al afectar a sus órganos internos. La conservación de la vida silvestre alrededor y cerca del Smith College no parece ser una prioridad máxima y, si bien puede haber razones para esto, también debemos examinar por qué no consideramos que la vida silvestre sea importante.
Los alumnos de Smith quizá vean ardillas corriendo por el césped de Chapín buscando comida en el suelo. Mientras que las ardillas son una vista bonita para un estudiante que pasa, desempeñan un importante papel ecológico en los bosques. Cuándo las ardillas recogen nueces, las entierran en el suelo para poder volver a ellas más tarde. Sin embargo muchas de estas semillas permanecen enterradas, ya que las ardillas no recuerdan donde las colocaron. Este proceso funciona eficazmente como la dispersión de semillas para los árboles, siendo las ardillas parte integrante del crecimiento de los nuevos árboles. Este proceso opera efectivamente como dispersión de semillas para los árboles, siendo las ardillas parte integrante del crecimiento de los nuevos árboles. Este proceso introduce nuevos árboles en las comunidades forestales y contribuye a aumentar la abundancia de especies de un bosque. Aunque pueda que esto no sea importante para el césped integrado de Smith College, Ciertamente es importante para la comunidad forestal junto a Paradise Pond, que está justo enfrente del solar para el nuevo edificio. Además de ayudar a prosperar a los ecosistemas forestales, las ardillas son también una importante fuente de alimento para las aves predadoras de Northampton.
También debemos de considerar el papel pájaros juegan no sólo en los ecosistemas forestales, sino en nuestro campus. Las propias aves son importantes polinizadores, por lo que el Smith College debería tener valor, ya que las exuberantes flores y plantas que se encuentran en el campus de Smith necesitan polinizadores como las aves para prosperar. Los excrementos de las aves son un importante fertilizante para los ecosistemas y las mismas aves actúan como exterminadores de parásitos para los humanos. Al mantener bajo control las poblaciones de insectos, las aves se aseguran de que la primavera en el Smith College sea hermosa y no insoportable. Aunque las aves son extremadamente beneficiosas para el medio ambiente y los seres humanos, la polución acústica puede ahuyentar a las poblaciones de aves y alterar sus rutas migratorias naturales. Para las poblaciones de aves que no dejan su hábitat, el estrés y las molestias constantes de los sonidos de la construcción afectan negativamente a su capacidad de sobrevivencia y reproducción. Con todos los beneficios que las poblaciones de aves ofrecen tanto al ser humano como al ecosistema, no deberíamos estar ansiosos por ahuyentarlos.
Dar prioridad al bienestar de las especies con las que coexistimos es un valor que debemos animar. No espero que el Smith College deseche sus planes de construcción en nombre de los pájaros y las ardillas, pero sí creo que deberían tomar más pasos en el futuro para evaluar el impacto que sus decisiones tienen en las comunidades ecológicas de su alrededor.