This translation is part of the 2021 Spring Translations Marathon for student translators.
Traducido por Izzy Ford del ingles
El primero de febrero, 2021, un video de la cámara corporal de policía emergió en el internet de una niña negra que tiene nueve años siendo arrastrada a través de la nieve a un coche de la policía, con esposas, y rociada con gas pimienta. Los oficiales, que fueron respondiendo a un informe de “problemas con una familia”, actuaron de esta manera después de que la niña expresó que quería matar a su madre y a sí misma. Cuando la niña se negó a sentarse en el coche de la policía y dijo que quería a su padre, un oficial de policía despectivamente le dijo que ella estaba “actuando como una niñita,” a lo que la niña con nueve años respondió, “soy una niñita”- y entonces, la rociaron con gas pimienta.
La declaración de la niña demuestra con claridad la absurdidad de su tratamiento- ¿por qué están los policías esposando, burlandando, y rociandando con gas pimienta a una niñita que está asustada y suicida? Más allá del tratamiento escandaloso de una persona con angustia mental, rociar una joven en esposas con gas pimienta es atrozmente ilógico de por sí- ¿por que sería el gas pimienta la solución lógica y humana por una niña que no quiere poner los pies en un coche y está llamada por su padre? En lugar de hacer algún esfuerzo para calmar a la niña asustada con palabras de comprensión y compasión, estas policías decidieron que ella debe ser tratada como una amenaza peligrosa a la sociedad. Puedo decir con confianza que la negrura de esta niña contribuyó a su tratamiento injusto y violento a manos de las policías.
Según un estudio nuevo de investigadores del Hospital Nacional de Niños en Washington, D.C., es seis veces más probable que los niños negros en los Estados Unidos sean fusilados y asesinados por las policías que los niños blancos. Las comunidades negras no necesitan datos como este para saber que sus niños están en peligro alrededor del mundo; el dolor colectivo de los muchos asesinatos de niños negros a manos de los policías es más que una manera creíble para entender la naturaleza de la injusticia racial del mundo alrededor de ellos. Lo que los niños negros tienen en común es que todos son víctimas de una narrativa histórica que, a menudo, estereotipa las personas negras como alborotadoras criminales- un estereotipo que consecuentemente anula la inocencia automática de la niñez. Desemejante los niños blancos, los niños negros típicamente no tienen esta barrera para protegerlos de los horrores del mundo. Por su negrura, estos niños están adultificados y negados el tratamiento suave, consecuentemente sufriendo más violencia que los niños blancos.
Esta realidad está ejemplificada bien por los asesinatos por policías, como el homicidio famoso de Tamir Rice, un niño de doce años, disparado por Timothy Loehmann, que fue un oficial de las policías en Cleveland; Rice fue disparado después de que Loehmann confundió la pistola de juguete del niño por un pistola real.
O, el caso sudafricano de Nathaniel Julius, un niño de dieciséis años con síndrome de Down, que fue matado por las pistolas de las policías en 2020 después de no contestar las preguntas de los oficiales. Los oficiales no solamente manejaron mal un niño inofensivo, pero ellos también fracasaron al considerar la posibilidad de la discapacidad. Julius–quien no podía hablar–se quedó con ninguna otra opción que afrontar el castigo de su ejecución. Julius estaba comiendo un bizcocho cuando los oficiales dispararon a él. Esto no quiere decir que la violencia de las policías que está dirigida a los adultos sea más aceptable. Mi punto es que los policías tratan a los niños negros en una manera que particularmente ignora la fragilidad de la niñez.
De esta manera, el color de piel de un niño negro sirve como un negación de su juventud; ser negro y un niño es haber nacido inocente y hecho culpable; ser negro y un niño es confiar en la gente que no les importa su muerte; ser negro y un niño es ser visto como una desgracia a todos los niños; ser negro y un niño es ser castigado; ser negro y un niño es ser enterrado prematuramente; ser negro y un niño es raro.
Los policías tratan a los niños negros con más agresión que otros niños porque tratan a las personas negras con más violencia que a las personas que no son negras. La pregunta no es solamente por qué los policías brutalizan los niños negros más que otros niños; la pregunta es por que los policías brutalizan las personas negras más que las personas que no son negras.
Como Marianne Kaba, una organizadora contra la criminalización, afirma, “no hay una era singular en la historia de los Estados Unidos en que las policías no eran una fuerza de violencia contra las personas negras. Las policías americanas siempre han usado una cantidad dispar de fuerza contra las personas negras y con frecuencia han reforzado la subyugación de las personas negras- es realmente una sorpresa que hayan continuado con eso hoy?
Típicamente, uno se giraría a la solución de la reforma de las policías, con esperanza de que la capacitación de prejuicio racial y capacitación específica para niños corregirían la mala conducta de los oficiales. Pero la realidad es que fuerzas alrededor de la nación han completado capacitación similar, y la terminan con una falta de mejora en sus niveles de brutalidad. “Capacitación” implica que las tendencias injustas de las fuerzas de policías americanas son rectificables y que no hay nada equivocada con sus existencias y sus supuestas funciones. No creo eso.
Creo que las fuerzas de policías de los Estados Unidos están intrínsecamente ineptas para proteger las comunidades en una manera justa. Creo que la solución por el rato alto de violencia de los policías dirigida a los niños negros y americanos es la disolución de las fuerzas de policías del país. Abola a los policías.
Muchas personas han conceptualizado alternativas posibles que podrían reemplazar los policías, muchas veces con una estructura de atención comunal que introduzca trabajadores especializados en la salud mental y equipos desarmados de mediación que podrían prevenir los crímenes y, cuando es necesario, intervenir en situaciones peligrosas. Estos programas también subrayan la despenalización necesaria de muchos crímenes no violentos que reconceptualiza la definición del “crimen” en los Estados Unidos. El primer paso a la abolición de los policías es desfinanciar a los policías– transferir pecunia de las fuerzas violentas de policías a servicios sociales, que podrían prevenir trastornos sociales con más eficacia.
Los niños negros no van a estar seguros hasta que las fuerzas de los policías de Estados Unidos estén desfinanciados y abolidos. Si los niños negros van a ser tratados con la gentileza particular que los policías usan con otros niños, entonces fuerzas de policías necesitan ser desmanteladas. Sin organizaciones violentas que se disfrazan como protectores para todos, la niña con nueve años del incidente de este año no necesitaría decir su afirmación, que desafortunadamente fue necesaria: “Soy una niñita.” Imitando su declaración, yo, también, declaro que ella, y otros niños negros, son niños. Estos son niños que ingresan el mundo pocos años antes de sus encuentros desafortunados con las policías. Estos son niños- sus vidas son preciosas y merecen ser tratados como tal. Estos son niños.