Translated from English by Olivia Sarno for the 3rd Biannual Translations Issue
Imaginame, en 2019, sentad@ en un sofá, en casa de algún güey de UMass, mientras una fiesta moría por mi alrededor. Solo vine a esta fiesta porque mi amiga de Smith era invitada por un chico de Tinder y quería apoyo. Ahora, estaba en el piso de arriba, chingandole, y yo sol@ en un sofá mientras la gente se abrazaba y pedía sus ubers pa’ casa. Solo los originales permanecieron: compañeros de casa y sus parejas escuchando Carrie Underwood y mirando la tortiller@ misterios@ en su sofa hetero de UMass. No quería dejarle a mi amiga, pero tampoco charlar con desconocidos cuando lo único que quería hacer era dormir.
Entonces, algo mágico pasó. Bueno, si no mágico, por lo menos fortuito.
Un chico de universidad larguirucho y grasoso sacó una botellita amarilla, se puso hasta la nariz, e inhaló. Por mi reputación fiestera en el colegio, sabía que estaba pasando.
“Esos son poppers?” yo le pregunté.
“Como no,” dijo.
Y así, la tensión de ser compadre de seguridad para mi amiga por arriba, ahora yo era uno de los chicos (que eran soprendosamente hetero). Compartimos historias y nos reímos mientras el nitrito de alquilo nos llenaba los cerebros. Al tiempo que mi amiga, ahora desarreglada bajaba la escalera, no me quise ir. Gracias a una botella modesta de químicas, había hecho amigos de por vida (o por lo menos, el próximo mes).
Entonces, ¿qué son los poppers? Para los que no saben, los poppers son una droga de discoteca, derivados por los químicos que se inhalan para crear un headrush similar a lo de los cigarrillos. También aflojan los músculos, incluyendo el ano, y así son asociados estereotípicamente con la cultura gay. Pero no importa su género u orientación sexual– tu, (¡si, tu!) ¡Te puedes disfrutar con los poppers!
Porque yo, como escritor@ de esta columna, no soy nada si no soy instigador@ de controversia, no quiero declarar que todo lo que digo en este artículo es broma. No, no debes no tomar los poppers. No hagas que un periodico escolar interesado en los club drugs de los años noventa te presione– en serio, no lo hagas. Con este artículo, solo quiero hacer una pregunta: Y si los poppers fueran populares en Smith College?
No saqué esta idea de la nada, aunque parezca así. Este semestre, mientras me disfrutaba un paseo vigoroso al Campus Center, un grupo de estudiantes me pasaba, riendose y bromeando. Alguien dijo fuertemente, “Smith debe tener más poppers!” al segundito que pasé. Por supuesto, les grite, “claro que sí!”. En ese momento, no fue más que una broma, pero me hizo pensar– ¿por qué no hay más poppers en el campus de Smith College?
Con este artículo solo quiero preguntar:
- Drogas anticuadas de corta duración se han puesto de moda de nuevo. Smithies por todas partes fuman cigarrillos, usan los vapes, y consumen la nicotina en varias formas, ¿por qué no los poppers? Son divertidos, un poco vintage, y duran menos que 45 segundos.
- Los poppers son divertidos! Son una novedad y hacen que las fiestas sean emocionantes y guay.
- Los Smithies ya apropian la cultura gay de los hombres, entonces ¿por qué no robarles las drogas también?
- Smith necesita las drogas raras porque ahora mismo estamos dolorosamente mansos.
Ya se que algunos de ustedes no van a estar de acuerdo, encontrarán defectos de mi argumento, y tratarán de censurarme, y a eso, lo único que puedo decir es: esto.