Original Article by Defne Tekin
Hace un año, descubrí “La Increíblemente Verdadera Aventura de Dos Chicas Enamoradas” (1995), una bella película romántica independiente escrita y dirigida por un colega Smithie, Maria Maggenti ’86 que cuenta la historia de cómo dos chicas adolescentes se enamoran la una de la otra.
La primera vez que la vi, la película me conmovió tanto con su bella narración que la tuve en repetición tres días seguidos. Las chicas de la película se convirtieron en mis balizas de esperanza, su amor mutuo, mi faro que me lleva a un lugar de felicidad y seguridad que quizá uno sólo puede sentir cuando está “en casa”.
Cada vez que la volvía a ver, sentía que recuperaba el aprecio por las representaciones “radicales” del amor, y respeto por lo revolucionaria que debió ser esta película cuando se estrenó en 1995. Así que aquí estoy ahora, compartiendo mi descubrimiento con todos ustedes, para que ustedes también puedan deleitarse con esta bella historia de amor.
Está Randy, una chica blanca ” marimacha ” de clase trabajadora, viviendo con sus tías homosexuales en su “hogar de lesbianas” hippy, y luego está Evie, una chica morena de un origen mucho más afluente, viviendo con su madre soltera. Randy y Evie tienen orígenes e intereses muy diferentes, pero la película lo retrata de un modo que evita con éxito recurrir a estereotipos o clichés de películas racializadas.
“La Increíblemente Verdadera Aventura de Dos Chicas Enamoradas” también se aleja del uso de tropos en exceso utilizados en los medios “queer”. (El guión no mata ni saca trágicamente a ninguno de sus personajes en contra de su voluntad. Y, aunque el final de la película queda abierto, no es necesariamente desafortunado!). En cambio, la película ofrece a su público tiernos momentos de vida y alegría “queer”. Las chicas intercambian cartas, música y escritura; se acuestan en el campo y dan vueltas en círculos agarradas de la mano. Pasan momentos enternecedores juntas contemplando la vida adulta y sus futuros mientras leen pasajes de “Hojas de césped” de Walt Whitman. (Este libro icónico de poesía aparece muy referenciado a lo largo de la película, sirviendo como un punto encantador de comparación para el amor “queer” en la literatura).
En breve, la película pinta un imagen de un tipo real de amor puro, eso es, tal vez como los amores deberían ser: alegre, y no rehuido. De hecho, la película prioriza tanto este amor entre las chicas que su refrescante énfasis en el amor alegre se extiende incluso a los momentos de incertidumbre de la película. “ Querido diario, hoy besé a otra mujer. La pregunta ahora es qué voy a hacer?,” Evie escribe tras el primer beso de la pareja. Este momento introspectivo se destaca como un retrato honesto de las primeras experiencias de uno en la vida, por lo que es casi imposible verlo sin sonreír.
Asimismo, cuando las chicas cuestionan ingenuamente si se seguirán conociendo cuando sean mayores; admiten con mucho amor que así lo desean, a pesar de sentirse “tan lejos de ahora.” El guión de Maggenti hace que las chicas se enfrenten a la realidad de la transición a la vida adulta y a las incertidumbres de la vida más allá de la secundaria, pero ciertamente no al precio de su amor. De hecho, creo que la amorosa honestidad con la que está escrito el guión convierte esos momentos de incertidumbre en alegres celebraciones del amor mismo.
“La Increíblemente Verdadera Aventura de Dos Chicas Enamoradas” es un retrato poético y preciso de la experiencia universal de caer enamorado – con alguien, y luego con las cosas que nos rodean en la vida una y otra vez. Viendo esta película te hace reír, llorar y sentir tantas emociones a la vez, que creo que después te deja sintiéndote más “humano”. Ofrece esperanza, conexión e inspiración, como lo hace un compañero de confianza, y por tanto restablece, en mi opinión, la necesidad crucial de nuestra sociedad de que se hagan más piezas de cuentos radicalmente amorosos.
- Si usted también quiere transmitir “La Increíblemente Verdadera Aventura de Dos Chicas Enamoradas” de Maria Maggenti, puedes encontrarlo en Kanopy a través de la página web de la Biblioteca de Smith.